El premier Aníbal Torres sugiere imponer rondas urbanas paralelas a la Policía

Jefe del Gabinete pone el modelo de las rondas campesinas como una respuesta a la inseguridad que golpea al país. Sin embargo, exoficiales de la PNP advierten los riesgos que esto traería. La tortura y la humillación las caracterizan.

En una entrevista a Canal N, cuando se le insistió al premier Aníbal Torres que la inseguridad es prioridad, el jefe del Gabinete no desaprovechó la oportunidad y –en lugar de mencionar medidas concretas– respondió que precisamente en un nuevo texto constitucional se abordarían acciones para combatirla.

“La Constitución actual considera a las comunidades campesinas, y en los lugares donde hay las rondas campesinas, allí no hay delincuencia. Muy bien. (En) una nueva Constitución se puede optar por las rondas urbanas, que colaborarían enormemente en el combate a la delincuencia porque nuestra Policía, si bien es cierto está actuando eficientemente, es insuficiente en cuanto a número”, dijo Torres.

Este planteamiento de tener una suerte de “milicia”, un grupo paralelo a la Policía en las zonas urbanas no es algo nuevo, sino un anhelo que se arrastra desde la campaña, mencionado por Pedro Castillo incluso en su primer mensaje a la nación en julio.

Pero, a buena cuenta, lo que se busca es replicar modelos extranjeros, como las milicias civiles de Cuba, Nicaragua o Venezuela, prácticamente fuerzas de choque al servicio del poder de turno.

Así lo advierten especialistas consultados por Perú21, quienes consideran que esta definitivamente no es una verdadera solución frente a este flagelo y que, todo lo contrario, podría traer consecuencias mayores.

El exministro del Interior Carlos Morán remarcó que esta propuesta “necesita mayor evaluación y reflexión”, y coincidió en que hacer ello sería abdicar en el rol que tiene el Estado. Recordó que la comunidad organizada ya puede participar en el combate de la inseguridad, a través de juntas vecinales, entre otros, “pero crear una figura así y darle organicidad y ampararlo en un marco legal es riesgoso”.

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