PROCURADOR MUNICIPAL USA LENGUAJE HOMOFÓBICO CONTRA SACERDOTE

Nuevamente la Municipalidad se enfrenta a la iglesia.

En un hecho cuestionable el procurador publico municipal Henry Eduardo Silva Trujillo usó un lenguaje homofóbico contra el canciller de la Diocesis de Cajamarca, el sacerdote Manuel Salazar, al reaccionar la población frente a la respuesta dada al sacerdote, el procurador se retiró del lugar. El incidente se produjo al frustrarse el desalojo de una vivienda que pertenece al Obispado y que según versión municipal es propiedad edil.

Tal como se aprecian en las imágenes que fueron difundidas por diversos medios de comunicación Henry Silva Trujillo en un tono soberbio y usando un lenguaje de doble sentido y completamente homofóbico, contra el sacerdote le dijo: “…Si no están acostumbrados a hablar con hombres…” la autoridad eclesiástica le increpó faltarle el respeto.

La actitud del Procurador viene generando reacciones en diversos colectivos de Cajamarca y la capital de la República, que ya han tenido acceso a las imágenes, condenando el hecho y exigen a la Procuraduría General del Estado, tomar acciones frente este funcionario cuya actitud deja mucho que pensar.

EL PROBLEMA

La municipalidad intenta “recuperar” un bien que según refieren les pertenece, la Diocesis de Cajamarca señala que dicha propiedad la usan desde hace 50 años, tal como lo reconoce el Procurador municipal, a la fecha en dicha propiedad habitan los guardianes de la capilla de Fátima.

El alcalde Fortunato Cacho Céspedes en 1951 entregó en sesión de uso a la Diocesis de Cajamarca, dicha área y desde la época ha sido habitada por los guardianes de la capilla.

Desde el Obispado han solicitado diálogo con el alcalde, Procuraduría y la Gerencia de desarrollo económico, pero no han tenido respuesta, mas que el intento de desalojo.

Para el lunes 26 se habría reprogramado dicha reunión ya que el alcalde otra vez se encuentra fuera de la ciudad, tal como viene acostumbrando todas las semanas.  

SEGUNDO CONFLICTO CON LA IGLESIA

Esta situación se convierte en el segundo conflicto fuerte que la gestión de Joaquín Ramírez tiene con la iglesia católica.

La primera estuvo relacionada a las actividades de Semana Santa, en donde la gestión municipal promovía espectáculos bailables con el título “Cajamarca Santa” actividades que a la fecha no se han aclarado los ingresos por alquiler del estadio municipal, en donde se desarrollaron estas actividades.

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